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Cosas de la CDMX (Ciudad de México) que ni los chilangos entienden

Cosas de la CDMX (Ciudad de México) que ni los chilangos entienden

Cosas de la CDMX (Ciudad de México) que ni los chilangos entienden

El caos absoluto de la ciudad, los ‘ahorita’ o ‘ya merito’, la torta de tamal y otras cosas de la Ciudad de México CDMX que ni los chilangos entienden

En octubre del año pasado El País publicó, a través de su sitio web, el resultado de una encuesta que hizo llamada ’48 cosas que más confunden a los españoles que llegan a vivir a México’. Dentro de los resultados publicados, figuraban las siguientes respuestas: “Que le pongan hielo a la cerveza”, “la relatividad del tiempo” o “la tranquilidad con la que los mexicanos se toman todo”.

Siendo mexicano, es imposible no reír al leer aquel artículo, pues tienen razón en muchas de las cosas allí publicadas. Lo que ellos no saben es que hay muchas otras situaciones que suceden en el país, que ni nosotros mismos, aun habiendo nacido aquí, entendemos. Un claro ejemplo es todo lo que pasa en la Ciudad de México (CDMX).

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De acuerdo con cifras del INEGI, en la capital del país viven más de ocho millones de personas, más otros millones que van y vienen todos los días por motivos de trabajo. Así que, siendo una de las ciudades más pobladas del mundo, es de entenderse que a veces ocurra lo inverosímil, es decir, situaciones sumamente extrañas que a veces ni siquiera los mismos chilangos entendien, por ejemplo:

1. El caos absoluto de la ciudad…y el hecho de que, extrañamente, funciona

En promedio, una persona que trabaja en la CDMX y Zona Metropolitana, puede hacer hasta tres horas a su lugar de trabajo. ¿Tardarte hasta 20 minutos en avanzar UNA CALLE cuando es hora pico? Por supuesto, a todos nos ha pasado. Porque cuando no hay manifestación, son las calles cerradas por obras, o la procesión del santito que va pasando, o un accidente vial que está ocupando un carril, etc. Pero absolutamente TODOS los que vivimos en esta metrópoli hemos sufrido debido al caos que provoca que seamos tantos viviendo aquí.

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De acuerdo con los resultados del Ranking Global de Tráfico 2017, realizado por la compañía INRIX, los capitalinos pasan 58 horas al año atrapados en el tráfico. En cifras más alarmantes, esto significa que -en promedio- las personas que viven en la Ciudad de México gastan ¡2.4 años de su vida al volante! Se calcula que hoy en día el promedio de circulación en horas pico en la CDMX es de 8 kilómetros por hora (en 1990 el promedio eran 39 km/hr).

Lo curioso es que no nos vamos; aquí seguimos y cada vez llegan más y más personas. La respuesta quizá es que, a pesar del inmenso caos, de alguna forma (que ni los chilangos entienden) las cosas siguen funcionando.

2. La relatividad del tiempo

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En serio, ¿alguien sabe exactamente cuánto tiempo es “ahorita” o “ya merito”? Bueno, nosotros los chilangos tampoco lo sabemos. Y es que este punto va muy de la mano con el pasado porque, viviendo en una ciudad tan caótica como ésta, en donde todo puede pasar, la puntualidad es tarea casi imposible.

3. La distancia es relativa

¿Qué tan “cerca” es cerca en la CDMX, y qué tan “lejos” está lo lejos? Si le preguntas a alguien de cualquier otro estado, te va a decir que, en promedio, se trasladan de un lugar a otro en aproximadamente 20 minutos cuando el destino está relativamente lejos.

No obstante, cuando le preguntas a un chilango a cuánto tiempo está equis lugar, si está a 20 minutos, te va a decir que el lugar por el que preguntaste “está súper cerca”.

4. La torta de tamal

La gente de provincia no termina de entender por qué los chilangos comen masa (bolillo) rellena de más masa (el tamal). Y ni siquiera vamos a tocar el tema de las tortas de tamal frito porque sabemos que a varios les da harto asquito.

A pesar de que los chilangos sabemos que la torta de tamal, llamada cariñosamente ‘guajolota’, no es el desayuno más nutritivo del mundo (una torta de tamal con su respectivo atole equivale al 80% del total de calorías recomendadas por día), lo seguimos consumiendo por ser sumamente práctico y rápido de conseguir. Entonces, en una ciudad donde hay que ahorrar tiempo de la forma que sea, la guajolota es y seguirá siendo vista como una opción (no sana, ya lo aclaramos) para desayunar.

5. Quesadillas: ¿con queso o sin queso?

¿Qué se inventó primero: ¿el huevo o la gallina? Más o menos de esa naturaleza es el debate que estuvo vigente, por lo menos, todo 2017.

A ver; por un lado decían los de provincia que era un pleonasmo pedir una “quesadilla con queso”, pues en el nombre estaba implícito su contenido. Por otra parte, los chilangos defendimos hasta el final nuestra idea sobre las quesadillas sin queso, aunque la verdad es que no entendíamos muy bien por qué, simplemente así las llamábamos nosotros por costumbre.

Al final, entre peras y manzanas, la RAE (máxima autoridad en cuanto al uso del idioma español) nos dio la razón: Quesadilla, tortilla de maíz rellena de queso u otros ingredientes que se come caliente. Resumiendo: las quesadillas pueden o no llevar queso. Fin de la discusión.

Otras cosas de la Ciudad de México (CDMX) que ni los chilangos entienden son:

Que en la calle y el mercado todos hemos sido güeritos.

Aquí se puede conseguir comida casi en cada esquina, sin importar la hora.

Nunca hay cambio en ningún lado.

Que los cruces peatonales y semáforos sean más bien sugerencias.

Los sonidos de la ciudad como: “Se cooooompran, colchoooones….

Y claro, la maravillosa jerga chilanga que ejemplificó magníficamente Café Tacuba en su canción “Chilanga Banda”:

¡Te amamos, CDMX (Ciudad de México)!

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