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Oportunidad perdida en Canadá

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Oportunidad perdida en Canadá

Oportunidad perdida en Canadá

La oportunidad perdida: Canadá y el mercado mexicano que se le escapa

El triángulo que pudo ser idilio

Durante la última década, el romance turístico entre Canadá, Estados Unidos y México se parecía a una comedia romántica. La eliminación de visas en 2016 permitió que los mexicanos recorrieran Canadá, y en 2017 se registraron 393 000 llegadas, superando los niveles previos a 2009. Columbia Británica concentraba la mayor parte del gasto. El guion cambió en febrero de 2024 cuando Ottawa reinstauró el visado alegando el aumento de solicitudes de asilo. A la par, EE. UU. encareció sus visas y redujo cupos, lo que desplomó las visitas mexicanas; en mayo de 2024 las llegadas a Canadá cayeron 32,2 %. Canadá tenía la mesa puesta para atraer a turistas desencantados y prefirió apagar las luces.

Un mercado con oro que se oxida

A pesar del derrumbe, México sigue siendo un mercado rentable. El informe Rendezvous Canada 2025 señala que los visitantes mexicanos gastan casi 50 % más que en 2019 y que el gasto alcanzará 111 % del nivel prepandemia en 2025. En 2026 se esperan 450, 300 turistas mexicanos que dejarán más de 800 millones de dólares. Cada dólar invertido en Destination Canada genera 11,77 USD de gasto, pero la agencia pierde músculo por la inflación y la devaluación.

Las provincias compiten descoordinadas. Travel Alberta admite que captó apenas 9 % del gasto mexicano en 2024, mientras que Columbia Británica y Ontario se llevan la mayor tajada. Otras regiones con mercados pequeños tampoco cuentan con estrategias claras. Quebec, uno de los promotores de la reintroducción de visas, necesita turistas: su Estrategia de Crecimiento Turístico 2025-2030 busca elevar el perfil de la provincia y promover el desarrollo sostenible, pero no menciona a México como prioridad y centra sus campañas en Europa y EE. UU. La ironía no se pierde: la misma provincia que apoyó un muro migratorio anhela atraer visitantes francófonos.

Problemas de trasfondo

Canadá arrastra problemas internos que limitan su competitividad. Más de 37 % de las empresas canadienses preveían enfrentar obstáculos laborales en el último trimestre de 2024, y un 19 % anticipaba escasez de mano de obra, especialmente en alojamiento y servicios de comida. Esta escasez dificulta que hoteles y restaurantes operen a plena capacidad. Además, existe una desconexión entre la política migratoria y la turística: mientras Canadá recibe a miles de trabajadores agrícolas mexicanos —52 000 en 2024—, impone barreras a los turistas. La incoherencia envía un mensaje contradictorio: se invita a trabajar, pero no a vacacionar.

¿Qué debería hacer Canadá?

Simplificar el acceso. El informe Rendezvous Canada indica que las visitas desde México no volverán a niveles de 2019 hasta 2028. Una autorización electrónica para turistas frecuentes reduciría trámites y enviaría señales de hospitalidad. No se trata de eliminar el visado, sino de modernizar el proceso. Quienes ya tienen historial de viajes no deberían enfrentar entrevistas y papeleo interminables. Y la simplificación no puede depender de poseer una visa estadounidense: muchos viajeros con recursos y sin intención de emigrar quedarían excluidos. Bastaría con evaluar recursos y arraigo para agilizar la entrada sin sacrificar seguridad.

Invertir en marketing en México. El retorno de 11,77 USD por dólar invertido justifica aumentar el presupuesto de Destination Canada y de las provincias para campañas en español que resalten la seguridad y la diversidad canadiense. La visa, el clima y el costo siguen siendo barreras, y se necesita contrarrestarlas con información.

Coordinar con las provincias. BC, Ontario y Quebec concentran la mayor parte del gasto mexicano, pero otras provincias están ausentes de la escena. Se requiere una estrategia nacional que comparta datos, cree rutas directas y estimule la promoción conjunta.

Atender la escasez laboral. Invertir en capacitación, salarios y vivienda asequible para el sector turístico ayudará a garantizar la calidad de la experiencia y permitirá absorber un mayor flujo de visitantes.

Separarse de la sombra de EE. UU. Canadá puede colaborar con su vecino en seguridad sin replicar sus restricciones. Copiar sus barreras sólo beneficia a destinos competidores que sí facilitan la entrada a los mexicanos.

Conclusión

La relación entre Canadá y México es una oportunidad que se está perdiendo por miedo y falta de visión. México sigue dispuesto a viajar: en 2023 las visitas a BC superaron en 13 % las de 2019. Sin embargo, la reimposición de visas envió un mensaje de desconfianza, las campañas de promoción son tibias y la escasez de personal amenaza la experiencia. Canadá debe decidir si adapta sus políticas para atraer a un mercado dispuesto y con alto gasto o si deja que otros destinos capitalicen la desilusión con EE. UU. Si actúa, transformará la tragicomedia en éxito; si no, verá pasar el tren de los turistas mexicanos.

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