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Qué visitar, ver y comer en el estado de Hidalgo

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El estado de Hidalgo ocupa una región privilegiada en el centro de la República Mexicana. La colindancia con varios estados logra que en la entidad se registren diversos climas, paisajes, grupos étnicos y tradiciones. Su territorio se divide en corredores que ofrecen cultura, aventura y mucho entretenimiento; todo enmarcado en una fuerte tradición minera, justamente en estos corredores encontramos balnearios de aguas termales, imponentes elevaciones y valles donde se ubican las ex haciendas mineras de Real del Monte y Huasca de Ocampo, además de sitios de tradición como Metzquititlán, Mineral del Chico y Atotonilco. Te invitamos a conocer las 10 paradas obligadas en Hidalgo.

1. Real del Monte

Real del Monte es un Pueblo Mágico con una gran tradición minera. Su historia, determinada por la extracción de metales como oro, plata y obsidiana desde la época prehispánica hasta la Colonia, se hace presente en recorridos guiados, historias y leyendas. Se ubica a solo 12 kilómetros al noreste de Pachuca y fue después de la Independencia, con la llegada de ingleses a las minas y la creación de la Compañía Real del Monte y Pachuca, como se configuró la actual identidad de este emblemático poblado de montaña.

Disfruten de este pintoresco destino, les va a encantar, eso sí lleven zapatos cómodos para recorrer sus calles empedradas y una buena chamarrita para gozar cada uno de sus rincones.

  • No pueden dejar de visitar el museo de sitio Mina de Acosta, aquí podrán admirar una auténtica veta de plata.
  • La siguiente parada debe ser en el Hospital Laboral, fundado en 1907 para atender a los mineros que sufrían accidentes. Y si quieren más, pues dense una vuelta por la Mina de la Dificultad, el complejo histórico más importante de Real del Monte ahora convertido en un museo de sitio.
  • Y finalmente no pueden dejar de visitar el Museo del Paste, para que conozcan la historia de este delicioso platillo traído por los ingleses y para rematar pues entren al Panteón Inglés, ahí encontrarán tumbas de gran valor artístico y la atmósfera que ahí se vive, créanme es única.

2. Zonas arqueológicas

El estado de Hidalgo posee una rica herencia tolteca que vale la pena descubrir a través de sus zonas arqueológicas.

Nuestra primera parada es en Tula, donde podrán conocer los secretos mejor guardados de este imperio. Los Atlantes, imponentes, miran hacia el horizonte y custodian la parte superior del templo de Tla huiz cal pan te cuhtli. Con casi cinco metros de altura, estas estructuras labradas en piedra basáltica son el atractivo principal de la ciudad. Se cree que su ubicación se debe a que sostenían un adoratorio dedicado a Quetzalcóatl, y que despertarán de la calma cuando un enemigo amenace la ciudad.

El paseo vale totalmente la pena, hay que conocer a los Atlantes y todo lo que hay en esta zona, fíjense, al norte encontrarán el hermoso Palacio Quemado, separado de los atlantes por un pasillo, donde hay 13 figuras humanas grabadas en piedra. Para complementar la visita no olviden visitar el Museo Jorge R. Acosta, donde el Chaac-mool, entre muchas otras piezas, los esperan.

Ahora si quieren seguir la pista de las antiguas civilizaciones hagan su itinerario para visitar también la zona arqueológica de Xihuingo, en el municipio de Tepapulco. Otra opción de paseo es Huapalcalco, en Tulancingo. Este sitio arqueológico es el más antiguo en Hidalgo, incluso antes que Tula. Con una marcada influencia teotihuacana en sus construcciones.

3. Gastronomía

¿Listos para un festival de sabores? Pues el estado de Hidalgo ofrece eso y mucho más.

Cuando pensamos en su gastronomía, inevitablemente vienen a nuestra mente deliciosos antojitos típicos que saben a gloria y que además de los tradicionales pastes, le han dado al estado sello único que atrae a miles de visitantes. Tlacoyos, molotes, enchiladas, o ¿qué tal unas tulancingueñas?, que es una especie de quesadilla de jamón y queso amarillo, o quizás, ¿un guajolote?, pues esta es una rica torta de enchilada, les va a encantar. Pues todo esto es parte del menú típico.

  • Y ya hablando de otros platillos, los amantes de la carne pueden disfrutar de una barbacoa de carnero al pie del horno clavado en la tierra, al más puro estilo prehispánico, o de un trozo de delicioso tasajo o cecina en Tulancingo, Actopan y Pachuca.
  • Pero si realmente quieren ir más allá deben probar, en temporada, los escamoles fritos en mantequilla o capeados con huevo.
  • Obviamente no hay que olvidarse de los famosos pastes, esas pequeñas empanadas cuyo relleno puede ser dulce o salado. Originalmente traída por los ingleses a los pueblos mineros de Real del Monte y Pachuca, a la receta original se han sumado ingredientes nuevos y deliciosos.
  • Mención especial merece la variedad de tamales dulces o salados característicos de esta región. El zacahuil se elabora con masa de maíz, se rellena con carne de cerdo, pollo o guajolote, se envuelve con hoja de plátano y se cuece al calor de un horno de leña. En la variedad de tamales dulces, el xohol es una masa de maíz endulzada con piloncillo.

4. Ruta del Pulque

El estado de Hidalgo posee haciendas pulqueras que datan del siglo XVII y que a lo largo de los siglos supieron aprovechar sus amplios llanos para producir alimentos. Sin embargo al darse cuenta de la poca inversión que requerían los magueyes cambiaron de giro, creando una de las industrias más fuertes que existieron en México.

Son alrededor de 12 las haciendas que reciben al turismo y muestran el misticismo que rodea la elaboración del pulque. Algunas de las haciendas, para que armen su ruta y tomen nota son, la Hacienda Santiago Chimalpa, cuya fachada fue creada por Antonio Rivas Mercado, arquitecto del famoso Ángel de la Independencia en la ciudad de México.

Otra imperdible es la hacienda de Tetlapayac que fue capaz de producir, en su mejor momento, 25 mil litros diarios de pulque. La ruta sigue con la ex hacienda San Antonio Tocha, y las haciendas de San Marcos, en Epazoyucan, Santa María Tecajete y San Bartolomé de los Tepetates, ésta última cuenta con uno de los cascos mejor conservados del siglo XVI, en Tepeapulco.

5. Los Prismas Basálticos, en Huasca de Ocampo

El Pueblo Mágico de Huasca de Ocampo,  punto de partida perfecto para explorar ex haciendas, bosques de oyamel y una joya natural que sobresale como la maravilla natural que es: los Prismas Basálticos. Estos prismas son columnas geométricas de basalto que decoran las paredes de la impresionante barranca de Santa María Regla, que ven bañadas sus paredes por las cuatro cascadas que alimenta la presa de San Antonio Regla.

Esta maravilla natural es parte de los atractivos con los que cuenta Huasca de Ocampo, el primer Pueblo Mágico del estado de Hidalgo, ubicado a 38 kilómetros de la ciudad de Pachuca. Aquí encontrarán además de bosques y cascadas donde pueden acampar, un bello pueblo de calles empedradas, casas con fachadas de alegres colores y un hermoso templo del siglo XVIII.

Aquí también se ubican las Haciendas de San Miguel Regla y Santa María Regla, donde también pueden hospedarse para sumergirse a la aventura y al encuentro de los Prismas. ¡Toda una colección de pequeñas maravillas las que los aguarda en Huasca.

6. Pachuca, la bella airosa

Pachuca, la capital del estado de Hidalgo es una ciudad que, desde finales del siglo pasado, comenzó a transformarse rápidamente en un espacio urbano moderno de donde han surgido nuevas opciones para disfrutar con toda la familia.

El punto de partida de un recorrido es su Reloj Monumental de 40 metros de altura. Construido en cantera blanca, muestra en cada uno de sus lados cuatro esculturas femeninas que representan: la independencia de México, la consumación de la independencia, la constitución de 1857 y las leyes de reforma de 1859. Entre los antiguos edificios mineros que resguarda Pachuca, 500 están catalogados Monumentos Históricos, así que no les dará ningún trabajo ubicarlos, contemplarlos y fotografiarlos.

Los amantes de la fotografía e historia de México pueden deleitarse al visitar el Museo de la Fotografía y la Fototeca Nacional del Instituto Nacional de Antropología e Historia, misma que resguarda 850,000 fotografías originales que ofrecen un panorama de los 160 últimos años de fotografía en México.

Una inmejorable vía para disfrutar de la ciudad es sin duda su oferta de restaurantes, por ningún motivo puedes irte sin haber probado un paste y disfrutar del dinamismo pero del aire provincial de esta ciudad.

7. Mundo Fútbol y Salón de la fama

La ciudad de Pachuca es conocida como la Cuna del Fútbol, pues fueron mineros ingleses quienes trajeron este deporte a México cuando, a finales del siglo XIX, llegaron a esta ciudad y a Real del Monte a trabajar sus minas.

Este deporte llegó para quedarse en nuestro país y en Pachuca, orgullosos de su equipo los Tuzos, han hecho su propio monumento a este deporte a través del espacio “Mundo Futbol y Salón de la Fama”, una interesante propuesta interactiva para los amantes del balompié. Así es, se trata de un lugar que ofrece la experiencia de convertirlos en jugadores profesionales, poniendo a prueba sus conocimientos y habilidades a través de 4 salas temáticas y más de 50 exhibiciones interactivas.

Aquí la recomendación es ir con ropa y zapatos cómodos y destinar de 2 a 3 horas para efectuar su recorrido y disfrutar de todo lo que hay en este espacio, que no es por nada pero tiene instalaciones de primera y tiene un costo de entrada de $135 pesos por persona. Los hidalguenses pagan solo 88 pesos.

8. Mineral del Chico

Mineral del Chico, un lugar en el que podrán dar rienda suelta a la adrenalina que tienen contenida y a la vez disfrutar de bellos escenarios naturales rodeados de mucha cultura. Este rincón ubicado en el Corredor de la Montaña hidalguense, a sólo 8 km de Pachuca, posee tranquilas e irregulares calles que denotan el encanto de un antiguo pueblo minero. Pero hoy no es solo su riqueza minera la que atrae a cientos de visitantes sino la posibilidad de practicar diversas actividades ecoturísticas entre sus valles y lagunas.

  • Nada como recorrer el corazón del pueblo o el bosque por El Contadero, El Parque Ecológico Recreativo Carboneras o en el cañón Paraíso Escondido.
  • En el Parque Nacional El Chico, y en los terrenos aledaños, se ubican diversos sitios para el campismo como el Valle de las Ventanas, el Valle de los Enamorados o el Llano Largo, así como agradables cabañas que invitan a la relajación.
  • En este paraje también podrán realizar deportes extremos como ciclismo de montaña, escalada en roca, gotcha y descenso en tirolesa.
  • Asimismo, a 3 kilómetros al poniente del centro está la Presa El Cedral, destacable por sus cedros blancos, donde pueden alquilar lanchas y caballos.
  • Otra emocionante opción es la Vía Ferrata en H-go Adventures, que se ubica a 20 minutos de Mineral del Chico, una aventura que te dejará sin aliento.

9. Huichapan

El Pueblo Mágico de Huichapan es una de las localidades más pintorescas en Hidalgo. Bellas construcciones virreinales y casonas antiguas con marcos de madera y ventanas de hierro forjado, así como tranquilas plazas llenas de árboles, dan la bienvenida a los viajeros.

Entre las edificaciones más destacadas de Huichapan, se encuentra el conjunto de tres templos conformados por la Parroquia de San Mateo Apóstol, la Capilla de Nuestra Señora de Guadalupe y la Capilla de la Tercera Orden.

 

Y para cerrar con broche de oro no dejen de visitar las pinturas rupestres. Los antiguos nómadas y algunos grupos mesoamericanos dejaron en Huichapan su sello y vía de comunicación.

Uno de ellos es Boyé, a 4 km del pueblo. Aquí, bajo la cortina de una presa hay paredes pétreas con pequeñas figuras de danzantes y aves. Otro paraje es La Sabinita, a 2 km del centro.

10. Corredor de balnearios

Llegó el momento de diversión para toda la familia, pues el estado de Hidalgo cuenta con más de 50 balnearios, muchos de ellos, con aguas termales, ya que se ubican sobre el Eje Neovolcánico Transversal.

Muchas poblaciones como Actopan, Ixmiquilpan, Huichapan o Santiago de Anaya, ofrecen entretenimiento para quienes quieren desde rejuvenecer o relajarse en las aguas cargadas de minerales a diversas temperaturas, hasta deslizarse por los toboganes y disfrutar de los juegos acuáticos en albercas y chapoteaderos.

  • En algunos de estos balnearios, como el Géiser, la experiencia dura todo el fin de semana, porque además del chapuzón; este sitio ofrece cabañas restaurantes, asaderos y áreas verdes.
  • También está El Tephé, sus bellos manantiales con aguas de 38 grados centígrados alimentan media docena de albercas, albercas con olas, además de larguísimos y divertidos toboganes.
  • Otras alternativas son los Balnearios de las Grutas de Tolantongo, el Balneario Pueblo Nuevo y el Parque Acuático Maguey blanco, en el municipio de Ixmiquilpan.

 ¿Qué esperas para vivir todo esto en Hidalgo?

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