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La maldición del anfitrión: eventos deportivos y deudas

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Los costos de los grandes eventos deportivos superan beneficios y dejan deudas. Conoce ejemplos de Juegos Olímpicos y Mundiales con saldos negativos.

La fiesta que acaba en deuda

Ser sede de unos Juegos Olímpicos o un Mundial de fútbol se presenta como honor y desarrollo, pero los costos de los grandes eventos deportivos casi siempre superan lo previsto. Río 2016, Sochi 2014 y Atenas 2004 son ejemplos de presupuestos desbordados y ganancias mínimas.

“elefantes blancos”

Las instalaciones millonarias suelen quedar abandonadas tras el evento. Atenas 2004, Pekín 2008 o Brasil 2014 dejaron estadios sin uso, costos de los grandes eventos deportivos con pérdidas anuales. El Estadio Mané Garrincha en Brasilia, de 470 millones de euros, hoy se utiliza para bodas y actos religiosos.

Ejemplos extremos de costos de los grandes eventos

En Río 2016, el Maracaná pasó de sede olímpica a símbolo de abandono: césped invadido por gusanos, robo de butacas y de cableado. En otras ciudades, costos de los grandes eventos deportivosy los estadios se convierten en ruinas modernas tras dos semanas de gloria.

Infraestructura

No solo los estadios encarecen la factura. Ciudades como Santa Marta o Veracruz invirtieron en transporte, hoteles y villas deportivas con presupuestos inflados, recortes sociales y obras inconclusas. La deuda pública y el deterioro son consecuencias recurrentes.

El rechazo

Cada vez más ciudades dicen “no” a ser sede. Calgary, Sion, Graz y Sapporo rechazaron postularse por los riesgos financieros. Incluso el COI reconoce que los costos de los grandes eventos deportivos son difíciles de justificar frente a beneficios limitados.

Costos de los grandes eventos deportivos: un legado agridulce

El resultado casi siempre es el mismo: estadios vacíos, promesas rotas y presupuestos devastados. La verdadera victoria no es organizar un mega-evento, sino saber decir “no” a tiempo cuando los costos de los grandes eventos deportivos pesan más que la gloria.

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