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El Monte Everest

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El Everest, mito y realidad de los viajeros modernos

Cada año, miles de viajeros sueñan con ver el Monte Everest de cerca. Sin embargo, la mayoría cree que se necesita ser alpinista profesional o millonario. Nada más lejos de la verdad. El trekking al Campo Base del Everest, en Nepal, es una experiencia accesible, segura y profundamente transformadora.

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Mito 1 – Solo los escaladores profesionales pueden llegar

Realidad: Alcanzar la cima del Everest (8,848 m) sí es extremo, pero el Campo Base (5,364 m) es perfectamente viable para viajeros sin experiencia técnica. El recorrido dura entre 12 y 14 días desde Lukla, con alojamiento en teahouses y apoyo de guías locales. La caminata combina cultura, paisajes y espiritualidad, más que riesgo.

Mito 2 – Viajar al Everest cuesta una fortuna

Realidad: El trekking puede costar desde 1,500 a 3,000 USD, dependiendo del nivel de confort y la agencia. Los vuelos domésticos a Lukla, los permisos del Parque Nacional Sagarmatha y los hospedajes básicos están incluidos en la mayoría de paquetes. Comparado con otros destinos de aventura, es una experiencia asequible por el impacto que genera.

Mito 3 – El Everest pertenece a un solo país

Realidad: La montaña se reparte entre Nepal (Sur) y China –Tíbet (Norte). Los viajeros suelen elegir el lado nepalí por su enfoque humano: templos budistas, aldeas sherpa y rutas legendarias. Desde Namche Bazaar se observa por primera vez la silueta majestuosa del Everest, preludio de días inolvidables.

Mito 4 – El clima es imposible

Realidad: Existen temporadas óptimas: marzo a mayo y octubre a noviembre. Durante estos meses, las temperaturas diurnas rondan los 10 °C y las noches bajan a -5 °C. El invierno (diciembre-febrero) es más frío pero con menos turistas. La clave es aclimatar despacio y viajar ligero.

Mito 5 – No hay infraestructura para turistas

Realidad: El trekking cuenta con una infraestructura sorprendente. Los teahouses ofrecen comida caliente, conexión Wi-Fi satelital y camas limpias. Hay estaciones de energía solar y tiendas locales que venden desde barritas energéticas hasta baterías. El confort es rústico, pero auténtico.

Mito 6 – La altitud se maneja con voluntad

Realidad: El mal de altura no distingue a principiantes o expertos. La regla es simple: subir poco, dormir bajo y aclimatar. Las buenas agencias incorporan días de descanso en Namche Bazaar y Dingboche. Beber agua, evitar alcohol y escuchar al cuerpo salva más vidas que cualquier medicamento.

Mito 7 – El turismo dañó el Everest

Realidad: Aunque el impacto ambiental es un desafío, se han implementado medidas sostenibles. Los permisos de entrada financian limpieza y conservación. Se promueve el uso de botellas reutilizables, energía solar y programas de reforestación. Elegir operadores responsables es clave para preservar este ecosistema único.

Mito 8 – Llegar al Campo Base es peligroso

Realidad: El trekking no es peligroso si se sigue una planificación adecuada. Los riesgos reales son el mal de altura o el clima impredecible. Por ello, los seguros que incluyen evacuación en helicóptero son obligatorios. Caminar con un guía certificado y un ritmo moderado es la fórmula del éxito.

Mito 9 – Nepal es inseguro para los turistas

Realidad: Nepal es un país pacífico, con baja criminalidad y gran devoción espiritual. Los viajeros son bienvenidos. Los riesgos son naturales, no sociales. Un saludo “Namaste” abre puertas y amistades.

Mito 10 – El Everest se vive solo una vez

Realidad: Muchos viajeros repiten el viaje. Algunos regresan para hacer rutas paralelas como Gokyo Lakes, el Three Passes Trek o para explorar monasterios. Cada regreso revela un nuevo Everest.

El Everest no es solo una montaña, es una experiencia humana. Caminar hasta su base no es un acto heroico, sino espiritual. No hace falta ser atleta ni millonario, solo tener curiosidad y respeto.

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