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Para que no me olvides: Sayulita

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Para que no me olvides: Sayulita

Hola mis adoradas almas libres y viajeras, como todavía falta un tiempo para estar juntas otra vez, les mando este morral lleno de momentos que revivirán en su memoria.

Para que no me olviden, les dejo la brisa marina de cuando lograron surcar mi imponente lienzo azul.

También les comparto ese instante en el que equilibraron su mente, cuerpo y espíritu, justo cuando despuntaba el alba y fue en ese mismo momento, cuando la magia cobró vida y mis ancestros les susurraron toda mi historia.

Y para que me sientan más cerquita, les dejo el colorido fruto de mis manos para que llenen ese espacio vacío; también les incluí esa postal de los gigantes del mar que custodian estas costas.

Además, les mando un pincel como emblema del arte que se respira en mis calles.

Tampoco podían faltar unas bocanadas de mi perfume, ese que huele a incienso mezclado con palo santo. Para saciar su antojo, les dejo una probadita de mi cocina que tantos suspiros provoca y para reconfortarles el alma, una pócima milenaria que mis ancestros crearon.

Y, por último, va un puñito de luz y decretemos que pronto volveremos a encontrarnos, mientras tanto, conectemos con el corazón.

Las ama, Sayulita

Para que no me olvides: Sayulita

Los detalles de esta carta

1. El imponente lienzo azul que surcaron las lectoras de esta carta hace referencia al surf, uno de los principales atractivos de este pueblo mágico.

Si bien, es un poblado para amantes de surf, no tienes que ser un experto en la tabla para divertirte.

Aquí, si te gusta la adrenalina puedes aprender a surfear o si prefieres puedes ver desde la playa deportistas de todo el mundo sortear las olas.

Los principiantes pueden comenzar con una clase de paddle board, abundan las ofertas de entrenadores profesionales.

Para que no me olvides: Sayulita

2. Una clase de yoga frente al mar y una meditación en medio de la exuberante vegetación lograron equilibrar la mente, cuerpo y espíritu de las destinatarias de esta carta.

Este pintoresco poblado que mira al Pacífico, también tiene un rostro wellness que sorprende a los viajeros y los invita a descubrir su vasta oferta que va más allá de una visita a un spa.

Para que no me olvides: Sayulita

3. Los ancestros a los que se refiere son los Huicholes que todavía habitan en remotas aldeas esparcidas en la Sierra Madre que rodean la Riviera Nayarit.

En la pequeña villa Huichol de Nueva Valey, con una población de 130 nativos, es posible visitar su templo y aprender acerca de su cultura, experiencias, costumbres, música y danza.

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4. En la escarpada Sierra Madre, los Huicholes han mantenido su forma de vida, cultura y tradiciones intactas.

Son famosos por sus coloridas obras de arte que expresan su reverencia con la naturaleza. De ahí, la referencia de colorido fruto de mis manos que escribe la autora.

Y es que cada pieza ilustra una historia y el estilo personal de su artesano.

Aunque para observar de cerca el trabajo de los Huicholes hay que dirigirse a las montañas, es posible encontrar una muestra de lo más representativo en Sayulita.

Si quisieras conocer más sobre esta cultura, escápate a Rincón de Guayabitos o a Compostela para explorar las pequeñas villas Huicholes.

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5. Los gigantes del mar de los que habla la carta son las majestuosas ballenas jorobadas que, desde la segunda semana de noviembre y hasta finales de marzo, llegan a estas aguas tibias y tranquilas del Pacífico mexicano para aparearse y tener a sus crías, tras recorrer más de 5,600 kilómetros desde el golfo de California.

El tour de observación puede durar aproximadamente 4 horas. Es recomendable reservar en embarcaciones pequeñas, ya que son de bajo impacto y permiten al conductor acercarse sin molestarlas.

Para que no me olvides: Sayulita

6. El otrora pueblo dedicado a la extracción de aceite de coco, resguarda pequeñas galerías de arte que cautivan a los viajeros. Y es justamente por su vasta oferta artística que Sayulita se ha convertido en un interesante centro cultural de la costa del Pacífico.

En el centro de la ciudad se encuentra la mayor concentración de este tipo de espacios y en varios es posible ver a los artistas trabajando.

Para que no me olvides: Sayulita

7. Sus platillos son creativos e innovadores, destacando los sabores exquisitos de la gastronomía del mar. Así que, seguramente, cuando la autora escribió una probadita de mi cocina, pensó en el pescado sarandeado o, quizás, en una tostada de ceviche o pulpo.

Aunque otras delicias imperdibles son los tacos de camarón capeado, las almejas y la langosta en todas sus modalidades.

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8. La pócima milenaria es el tejuino, una bebida ancestral de maíz, que hoy se sigue consumiendo en Nayarit. Para los huicholes es considerado un complemento importante de su dieta por su alto valor nutricional.

Está hecha con maíz mezclado con agua, piloncillo y lima, aunque algunos agregan limón y hasta chile.

Para que no me olvides: Sayulita

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