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Cárceles y prisiones que sí valen la pena visitar

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Descubre algunas de las antiguas prisiones que fueron habitadas por célebres personajes de la historia mundial o donde se vivieron atroces acontecimientos.

Prisiones convertidas en museos y hoteles – Palacio de Lecumberri
Ciudad de México

Esta cárcel también llamada el Palacio Negro, por su historia de maltratos e injusticias, fue inaugurada el 29 de septiembre de 1900 por Porfirio Díaz.

Ahí estuvieron presos David Alfaro Siqueiros, José Revueltas y Juan Gabriel, entre muchos otros.

La penitenciaría fue cerrada en 1976 y seis años después, inició sus labores como nueva sede del Archivo General de la Nación. Está abierta al público.

Prisiones convertidas en museos y hoteles – Alcatraz
San Francisco, Estado Unidos

Esta isla, funcionó como prisión casi 30 años. Allí vivieron algunos de los delincuentes más peligros de la historia como Al Capone y George “Machine Gun” Kelly.

Actualmente, este sitio está abierto al turismo y es posible visitar algunas de sus celdas, así como conocer un sinfín de historias que te pondrán la piel chinita.

 

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Prisiones convertidas en museos y hoteles – Tuol Sleng
Phnom Penh, Camboya

Al menos 12,000 personas fueron torturadas y asesinadas en esta prisión en la década de los 70, durante el régimen de la organización guerrillera Jeremes Rojos.

Hoy es un museo, que narra las atrocidades que allí se vivieron. Fue una de las prisiones donde más gente murió.

Isla Robben
Ciudad del Cabo, Sudáfrica

Ubicada a 12 kilómetros de la costa de Ciudad del Cabo, esta prisión de máxima seguridad para presos políticos fue hogar, durante 18 años, de Nelson Mandela y puedes visitar su celda.

En 1991, los últimos prisioneros abandonaron la isla y la cárcel cerro finalmente en 1996. Hoy este museo es Patrimonio de la Humanidad.

Karosta
Liepaja, Letonia

Durante 97 años funcionó como prisión militar soviética. Actualmente es un hotel.

En este lugar los huéspedes son tratados como detenidos de la KGB, la bienvenida incluye un par de insultos, así como un protocolo donde deben ponerse de rodillas en un pasillo lúgubre.

Aquí los viajeros duermen en literas o camas de hierro y comen como auténticos prisioneros. ¿Pasarías una noche en este hotel?

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