Gastronomía

¿Dónde comer helados? Conoce los mejores y más tradicionales

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Comenzaron los días de calor y nada como refrescarse con unos deliciosos helados, pero hay recetas que sólo en algunos rincones de México puedes degustar y bien vale la pena ir para devorar una nieve de pasta en Pátzcuaro, Michoacán; un helado de cáscara de naranja en el Estado de México y una rica nieve de sorbete o de leche quemada en la capital oaxaqueña.

Nieve de pasta

Pátzcuaro, Michoacán 

Aunque llueve, yo quiero mi nieve 

No puedes decir que fuiste a Pátzcuaro si no probaste una cremosita nieve de pasta. Después de visitar la Casa de los Once Patios, el Palacio de Huitziméngari y la Casa de Cultura, es obligada una parada para descansar y refrescarte en los portales de la Plaza Don Vasco donde encontraras la dichosa y tradicional nieve de pasta.

De almendras, miel y leche, la nieve de pasta tiene un poco más de cien años. Se dice que en 1905, Don Agapito Villegas creo la receta y la puso en un envase de galleta, donde la vendía debajo de un árbol a sólo cinco centavos. Se hizo tan famosa su receta  que diez años más tarde se muda al Portal Hidalgo, lugar que ocupa la “Nevería Pacanda” nombre que le dio a su nevería, poniendo a la venta algunos sabores más. La técnica de “nevar”, hacer nieve por fricción, se lo enseñaría años más tarde a su ahijado, Francisco Contreras Medina, que junto a su madre, doña Saludita, hicieron que se conociera fuera de la región, poniendo un negocio de nieve de pasta en Zacapu.

Ahora la nieve de pasta ha pasado por cinco generaciones,  agregando al negocio 40 sabores como elote, cacahuate, tequila, higo, chongos, mamey y café. Además de “La Pacanda” también está la “Nevería Eréndira” con el mismo sabor.

Si una nieve de pasta quieres degustar puedes ir al Portal Hidalgo frente al Hotel Los Escudos, por su puesto en Pátzcuaro, Michoacán de 10:30am a 8:30pm, además de  Pero si en Morelia andas puedes degustar la misma receta en el Museo del Dulce que se ubica en Av Francisco I. Madero Oriente 440, Centro de Morelia.

Helados con frutas

Chalco, Estado de México. 

Mi media naranja… 

Cuando uno visitaba Cuautla, Morelos en el antiguo camino que partía  desde la Ciudad de México, había una parada obligada en Chalco, Edomex. Para comer una tradicional naranja con helado. Ahora las fiestas patronales que se celebran en la Parroquia de Santiago Apóstol en marzo, julio y noviembre pueden ser motivo para ir a Chalco y por qué no, pararse en una de sus famosas cremerías y probar un gran helado de esta dulce fruta.

Desde 1951, el señor Antonio Ocaña, originario de este lugar, puso su cremería elaborando el mismo los helados de naranja con una peculiaridad, raspaba la cáscara del  fruto, para hacer el helado y después introducirlo nuevamente en la cáscara y así volver a formar la naranja que se vuelve más grande y ovalada con el helado en su interior. Se hicieron tan famosos las naranjas con helado de la “Cremería Chalco”  que luego surgieron otros sabores como elote, coco, piña, mamey, coco, mango y hasta cacao en su cáscara, lo que llamó la atención no sólo en la gente local, sino también en paseantes que se llevaron la receta y que ahora buscan imitarla.

Las naranjas con helado son artesanales, por lo que todavía no tienen químicos, ni conservadores, aunque ya se venden en diferentes puntos de México, pero nada como ir a la esquina de Cuauhtémoc y Rivapalacio en el Centro de Chalco y degustar este dulce y al mismo tiempo amargo helado de naranja.

Nieves de sorbete

Ciudad de Oaxaca, Oax. 

Aquí no hay mala leche 

La capital oaxaqueña es un deleite visual y gastronómico.

Una de las nieves más populares es la nieve de sorbete, elaborada con huevo  leche, azúcar y vainilla que se dice son la receta tradicional de los helados. Antes para esta receta se acostumbra a usar huevo de guajolota y cocer la mezcla en una olla de barro.

Cuenta la historia que doña Doña Anacleta Armengol de Guelatao, un municipio cercano a la Ciudad de Oaxaca, preparaba sus nieves y las llevaba hasta el jardín de la Soledad a venderlas. Un día estaba preparando su nieve de sorbete pero la leche se quedó más tiempo de lo debido y se quemo, como eran los únicos ingredientes que le quedaban doña Anacleta decidió convertir la leche quemada en nieve, al probarla se dio cuenta que tenía un rico sabor por lo que no se detuvo en ir a venderla, a sus clientes les gusto mucho esta nueva receta y se convirtió en toda una tradición oaxaqueña. La recomendación es que acompañes esta nieve con una bola de helado de tuna para combinar un sabor fresco con uno cremoso.

Faltan muchos helados y nieves tradicionales de México en la lista, como la nieve de naranjita o pitahaya de Baja California Sur, la nieve de pétalos de rosa también oaxaqueña o las barras de helado de nuez, vainilla o fresa enrollados con ate de jalisco.

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