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Comercios centenarios del Centro Histórico en la CDMX que tienen más de 100 años

Comercios centenarios del Centro Histórico en la CDMX que tienen más de 100 años

Comercios centenarios del Centro Histórico en la CDMX que tienen más de 100 años

El Centro Histórico de la CDMX se vive por sus calles, donde encontrarás un caos maravillosamente ordenado de tiendas de todo y nada, edificios con gran historia, restaurantes chinos con el mejor café con leche, dulcerías que parecen un sueño, galerías de arte y cantinas con balazos de revolucionarios… en fin, todos esos elementos que te hacen sentir mexicano. Hagamos un recorrido por las calles más emblemáticas del centro.

Estos son los comercios centenarios del Centro Histórico en la CDMX que tienen más de 100 años

 

Madero

Calles del Centro Histórico

Calles del Centro Histórico

Madero es la columna vertebral del Centro Histórico, que corre de Eje Central Lázaro Cárdenas (Avenida Juárez) hasta el zócalo. Es el equivalente a una dama en materia de calles, con una historia rica y compleja, que comenzó desde la Nueva España. En sus siglos de existencia ha visto pasar infinidad de desfiles unos celebrando victorias y otros quejándose de derrotas, por ella han marchado ejércitos y caminado víctimas de violencia. Por ella han paseado Santa Anna, Benito Juárez, los héroes revolucionarios y muchas generaciones de mexicanos y extranjeros.

Actualmente, Madero es parte fundamental de la dinámica de la ciudad, pues conecta varios puntos del centro: edificios renombrados, comercios centenarios y todo tipo de tiendas, restaurantes y templos.

En ella se encuentran la Torre Latinoamericana, grabada en el corazón de todo amante de México, La Casa de los Azulejos, con su Sanborns que se siente como casa, el Palacio de Iturbide, con su fachada que te quita el aliento, y el Convento de San Francisco de Asís, el más grande de América. También visita el Museo Mexicano del Diseño (MUMEDI), en cuya tienda seguro comprarás algo.

En sus 700 metros conviven las estatuas vivas con Ironman y catrinas, mientras que los artistas callejeros pintan paisajes siderales con spray y un grupo de jóvenes reparte folletos en contra del actual gobierno. Simplemente disfruta del espectáculo permanente que te ofrece una de las calles más antiguas del maravilloso Centro Histórico.

5 de mayo

Su nombre celebra el orgullo mexicano con la victoria sobre el ejército francés. Una calle siempre viva, con gente caminando de aquí a allá, con cafés chinos y hoteles de lujo, tiendas de ropa fina y no tanto, papelerías y dulcerías: un torbellino de colores, de estatuas vivientes y banderas de muchos países, con olor a café, a chop suey y a cocada. Es una arteria del Centro Histórico que vale la pena experimentar una y otra vez.

Tómate un café con leche de La Pagoda o el Popular, delicioso aunque nada chino, y acompáñalo con un pan dulce de $10. Camina desde el inmenso Zócalo hasta el Palacio de Bellas Artes y detente en sus tiendas de productos ingleses y talabarterías.

Haz una pausa para escuchar la música de los organilleros frente a La Papelería el Globo, los cláxones lejanos y el reggaetón de moda de las bocinas de las tiendas de ropa. Admira la magnífica arquitectura del edificio París de 1907, detente en el Semillero para comprar semillas para reponer la planta moribunda de tu balcón y prueba los tradicionales Gili Pollos. 

Regresa al tiempo de Don Porfirio en La Ópera, un bar que ha estado en pie desde 1876 y disfruta de unas puntas de res al chipotle, mientras alguno de los meseros te cuenta la historia del balazo que dicen, resultó de una visita de Pancho Villa.

De postre, visita la Dulcería Celaya, un paraíso de aromas, sabores, texturas y muchos, muchos, dulces tradicionales, algunos tan bonitos que es todo un pecado morderlos.

Regina

Regina es una calle que se creía perdida, con sus negocios moribundos y vecindades cayéndose a pedazos, un ejemplo del viejo centro: el peligroso, el feo, el oscuro. Hoy, sin embargo, es una de las calles más chic y alternativas del Centro Histórico. Transformada, renovada y básicamente reconstruida en 2008, se convirtió en un corredor cultural rebosante de bares, restaurantes y espacios artísticos que conecta 20 de noviembre con Bolívar.  Ofrece una gran variedad de opciones para esas tardes relajadas con amigos, noches de fiesta alternativa y domingos de familia.

La parada obligada es la Hostería la Bota, con un buen equilibrio entre arte, comida española y tragos. El Aljibe tiene margaritas bastante buenas y un clericot preparado con fruta real. Para mezcalear, la mejor opción es El Andar, porque aunque rime tienen una variedad interesante proveniente de Michoacán, Oaxaca, Guerrero, Estado de México, Jalisco y Durango. Si no te gusta el mezcal, prueba las cervezas artesanales mexicanas. Si quieres una experiencia más tradicional, visita El Mexicano, con sus quesadillas de chapulín, cocteles de mezcal y pulques curaditos.

Date una vuelta por los espacios artísticos, como el Espacio Cultural Casa Vecina, de donde saldrás usando términos como “microurbanismo”, y “dinámicas comunitarias”. En el showroom de Studio 51 podrás visitar exposiciones e instalaciones multimediáticas.

No dejes de visitar estas calles con historia y actualidad, y disfruta de lo mucho que tiene que ofrecer el Centro Histórico de la Ciudad de México.

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