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Consulta pública: la gran obra turística nacional

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Consulta pública: la gran obra turística nacional

Consulta pública: la gran obra turística nacional

(Sin presupuesto, sin resultados… pero con cafecito y PowerPoint)

Cada sexenio, como ritual de purificación democrática, las autoridades turísticas del país lanzan una convocatoria para “escuchar al pueblo”. Se llama consulta pública, aunque bien podría llamarse teatro participativo. En 2025 no fue la excepción.

El gobierno federal, las secretarías estatales, y hasta las alcaldías sacaron el papel bond, las carpetas institucionales, y las galletas Marías. Todo listo para consultar, diagnosticar… y archivar.

Acto I: La convocatoria que nadie leyó

La Secretaría de Turismo federal anunció la construcción del PROSECTUR 2025-2030 con foros regionales, slogans bonitos y promesas de inclusión. Pero la convocatoria apareció enterrada en la Gaceta Oficial, compartida entre funcionarios por WhatsApp. Nadie se enteró, salvo las cámaras de siempre y algunos despistados que pasaban por ahí.

En Tlaxcala, Nuevo León y CDMX se instalaron mesas temáticas con nombres como:

“Innovación e Inclusión en la Era del Turismo 5.0 con Sentido Territorial”.

El café estaba tibio. El pan, sospechosamente del día anterior.

Acto II: Participa, pero no preguntes

A los asistentes se les asignó una mesa: turismo comunitario, conectividad, sustentabilidad con blockchain.

Un guía pidió baños dignos.

Una artesana propuso capacitar mujeres rurales.

Un influencer sugirió hologramas de Frida Kahlo en todos los pueblos mágicos.

Todo fue apuntado en cartulinas fosforescentes.

El moderador respondió con solemnidad:

—“Excelente propuesta. Se canalizará al área correspondiente para análisis multidisciplinario”.

Nadie supo qué quiso decir. Pero sonó técnico.

Acto III: De la cartulina al olvido

Las propuestas se digitalizaron en una plataforma con diseño de 2006.

Las universidades redactaron documentos de 180 páginas.

El resultado: un PDF de “conclusiones ejecutivas” con frases como:

• “Se recomienda consolidar ecosistemas inclusivos de hospitalidad.”

• “Urge democratizar la narrativa del viaje mediante esquemas resilientes de gobernanza binivel.”

Mientras tanto, en los municipios, nada cambió. Pero eso sí: la participación fue declarada “histórica”.

Acto IV: Conferencia y fanfarria

Días después, el titular de SECTUR apareció en conferencia:

—“La consulta fue un éxito. El turismo será regenerativo, sustentable, incluyente, digital… y con sabor a mole poblano”.

Mostró un PowerPoint lleno de globos, cifras, y una foto con todos abrazados.

Dijeron que implementarían las propuestas…

Si hay presupuesto.

Spoiler: no hay.

Epílogo: Resistir con cartulina

Las mesas ya fueron guardadas. Las carpetas, archivadas. Las frases, recicladas.

Pero allá afuera, en los pueblos sin señalética ni drenaje, todavía hay quien sueña.

Una señora que cocina mole y lo vende a turistas. Un guía sin licencia que ama contar historias.

Y sí, incluso un burócrata honesto que cree que tal vez esta vez sí se escuche algo.

Porque aunque las consultas parezcan karaoke sin micrófono, todavía hay quienes cantan.

Aunque la democracia participativa sea pan duro con café, todavía hay quienes se lo toman en serio.

Y eso, aunque suene tragicómico, también es una forma de resistencia.

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