México

Para que no me olvides, Veracruz

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Amor mío:

Hoy que el puerto se percibe tan desolado sin tu presencia, recordé más vivamente el ir y venir de tus zapatos mientras sonaba el danzón en la plaza y lucías tu vestido blanco, sonriendo. Recuerdo que por la tarde, exhausta de tanto son, no quisiste otra cosa más, que tomarte un café mientras observabas la puesta de sol.

Me apena tanto como a ti que no podamos vernos por ahora, no disfrutarte recorriendo por las mañanas este paraíso, y ver cómo pasas apacible las tardes en los portales probando mis delicias y las noches de alegres paseos.

Pero no te aflijas cariño, que pronto estaremos juntos y volveré a enamorarte, como cuando nos conocimos.

Por ahora, y para que no me olvides, quiero hacerte llegar algunos detalles que revivirán en tu memoria nuestro amor, como si estuvieras aquí, a mi lado. Empiezo con esta melodía,  inspirada entre la alegría y la nostalgia, como la que siento ahora por tu ausencia.

Y con esa misma añoranza, te envío esta joya cinematográfica para que no te olvides de mis rincones, pero especialmente, de mi música y mi calor de hogar.

Recuerdo que te fascina mi sazón, por eso me atrevo a despertar tus más clandestinos antojos de nuevo, esos que te hacen presa de la gula cuando estás aquí, conmigo. 

Y como se que leyendo es como más me extrañas, aquí te van estas letras, con las que recorrerás invaluables momentos mientras, se llega el tiempo de abrazarnos de nuevo.

Quédate conmigo en la memoria mi vida, cierra tus ojos y recuerda los felices días de febrero, como cuando bailaste en mi tierra hasta más no poder entre máscaras y cantos. 

Aquí te espero, con mi dulce aroma a café y la majestuosidad de mis fortalezas para proteger tus pasos.

Te ama por siempre: tu Veracruz

Los detalles de esta carta

1 El autor de esta carta se refiere a la Plaza de Armas o Zócalo del puerto de Veracruz, centro neurálgico en el que se disfruta la alegría de los veracruzanos a través de su música en vivo.

Su gente gusta de bailar danzón por las tardes, al ritmo de música de orquesta. La pista se vuelve una fiesta y una sana competencia entre amigos.

Es por todos sabido que el café de Veracruz se distingue por ser uno de los más deliciosos de México.

Pero en el puerto de Veracruz, locales y viajeros tienen su preferido, el Café lechero de La Parroquia, un restaurante con casi 100 años de tradición que se ha convertido en el favorito de quienes tienen buen paladar.

La tradición es, desde la mesa, tintinear el vaso con la cuchara, para que el mesero corra a complementarlo con leche con su particular estilo.

El autor se refiere al malecón de Veracruz, símbolo del puerto que ha visto el ir y venir de embarcaciones de todos tamaños y el andar cotidiano del puerto.

Ahí convergen los grupos de familias y amigos pero también las parejas y uno que otro transeúnte solitario.

4 Las delicias que se disfrutan en los portales del centro son la clave de esta parte de la carta. Oficialmente se conocen como los portales de Lerdo y se encargan de embellecer  restaurantes de terraza en donde se sirven platillos típicos veracruzanos.

Deben su nombre a Miguel Lerdo de Tejada, político que inició la Guerra de Reforma por su Ley Lerdo.

Es el lugar ideal para disfrutar del son jarocho, frente al Palacio Municipal.

5 Las noches de alegres paseos a las que se refiere el escritor son aquéllas que se recorren en el tranvía turístico iluminado.

Se trata de un folklótico transporte sin ventanas especial para llevar a los viajeros a conocer los principales puntos turísticos del puerto de Veracruz al ritmo del son jarocho y de simpáticos guías que narran la historia y anécdotas que fueron curtiendo la historia de los veracruzanos.

6 La alegría y la nostalgia de la que el escritor nos habla, es la que versa en las estrofas de una de las más famosas canciones del cantautor Agustín Lara, que lleva por título el nombre del destino.

Se considera un himno del puerto y se sabe que el flaco de oro se la compuso al gran futbolista Luis de la Fuente por su alma de pirata.

7 Danzón es la joya del cine mexicano dirigida por María Novaro de la que nos habla el autor de estas letras.

Cinta nominada en 1992 por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas al Premio Ariel a la mejor película, mejor dirección, mejor guión original, y mejor tema musical.

En la trama, protagonizada por la actriz María Rojo, una mujer trabajadora se luce en la pista del Salón Colonia con su pareja de baile, pero su vida cambia cuando éste desaparece y ella va a buscarlo a Veracruz.

8 Cualquiera es preso de la gula en Veracruz como lo dice el autor. Y es que es imposible resistirse a las delicias de la gastronomía veracruzana, uno de los distintivos más destacados de todo el estado.

Seguramente, ambos enamorados compartieron en la mesa platillos típicos como el Arroz a la tumbada, el Pescado a la veracruzana, las Jaibas en chilpachole o un Vuelve a la vida, verdaderas delicias.

9 Con la expresión “Estas letras” el autor quiere hablar del libro El principio del placer del escritor José Emilio Pacheco.

Se trata de un entretenido compendio de cuentos y novela cortas publicado en 1997. Sus temáticas tocan distintas etapas de la vida desde la infancia hasta la vejez, y algunas de éstas hacen referencia a Veracruz.

10 Los felices días de febrero a los que el autor hace mención se refieren a la llegada del internacionalmente famoso Carnaval de Veracruz. 

Se le conoce como “El carnaval más alegre del mundo” y se lleva a cabo desde 1866.Encanta con su música, la elección de sus reinas y de su carismático Rey Feo.

11 Al hablar de la majestuosidad de sus fortalezas para proteger a su amada, el autor se refiere al Fuerte de San Juan de Ulúa, otro emblema del destino.

Se construyó en 1535 y debe su nombre al explorador Juan de Grijalva. Además de proteger al puerto de invasores enemigos, ha fungido como muelle y como prisión.

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