México

Para que no me olvides: Mérida

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Sabes, hoy como casi todas las mañanas desde que te fuiste, desperté añorándote y no pude evitar pensar en aquella mañana en que te enamoraste de mí. Y es que cómo pude dudar que pasaría, si esas señoriales construcciones que te acompañaron en tu andar, sólo te robaron suspiros.

O aquellos atardeceres con la catedral al fondo, sí, esos que tantas veces has admirado desde mis balcones.

Tampoco dejé de sonreír al recordar el asombro que te causaron mis noches de serenata ni cómo te cautivó descubrir mis raíces.

Sé que pasará algún tiempo antes de encontrarnos, pero para que no me olvides y me sientas más cerquita, te preparé una dosis de mí con un puñado de magia moldeada por mis manos y una pizca de todos mis sabores.

La verdad, yo también te extraño. Extraño verte recorrer las calles como la realeza y tus tus tardes de confidente en la plaza.

Y qué decir de tu fascinación por mis dulces besos, que bien saben robarte sonrisas de felicidad.

Ahora, que otra vez, me llevas en la memoria, me despido. Pronto nos volveremos a encontrar y mientras eso pasa, no te olvides de mí, porque yo, siempre te estaré esperando.

Por siempre tuya, Mérida

Los detalles de esta carta

1. Esas construcciones señoriales a las que se refiere son los guardianes de piedra del Paseo de Montejo, considerada la calle más elegante de la ciudad.

Esta avenida inaugurada en 1905, revive el ambiente de bonanza que reinaba en la metrópoli a principios del siglo XX.

Entre las edificaciones más bellas están el Palacio Cantón de estilo renacentista italiano y las Casas Gemelas de estilo neoclásico. También sobresale el Monumento a la Patria, otro de los símbolos de la capital yucateca.

2. La catedral de fondo es la de San Ildefonso, la primera iglesia que se erigió sobre tierra firme en el América. En su interior se puede admirar al Cristo de la Unidad, considerado el cristo bajo techo más grande del mundo.

En su construcción, que por cierto se tardaron más de 40 años en concluir, además de utilizar cantera, se usaron piedras de diversos templos mayas destruidos.

3. Las noches de serenata, no podían ser otras que las que se viven cada jueves a las 21:00 en el Parque de Santa Lucía.

Las también llamadas Serenatas Yucatecas son protagonizadas por poetas, solistas, alguna orquesta de la ciudad y el ballet del Ayuntamiento.

4. Sin duda, el mejor lugar para descubrir las raíces de Mérida es el Gran Museo del Mundo Maya.

Este recinto cultural con más de 1,000 piezas arqueológicas en exhibición, narra a través de sus cuatro salas permanentes, la historia de la cultura Maya.

El museo tiene un espectáculo de luz y sonido que consta de cinco actos: La Aparición de la Tierra y el Mar, Los Hombre y los Dioses, Los Antiguos Mayas, La Conquista y La Memoria del Mundo Maya.

5. Cuando escribe la magia moldeada por mis manos se refiere a sus artesanías, pues en todo el estado, con diferentes materiales y diversos diseños, su gente crea piezas increíbles que van desde joyería de filigrana en oro y plata hasta objetos de carey, concha, caracol, madera y piedra tallada

Sin olvidar sus vasijas de barro, sus instrumentos musicales y sus tejidos de fibra de henequén y de algodón.

Además de los bordados, sus guayaberas y hamacas, así como sus sombreros de paja y de palma del jipi. Así que, sin duda, los artesanos yucatecos moldean magias.

6. Cuando escribe una pizca de todos mis sabores es una forma metafóricamente de rememorar a la cocina yucateca, una exquisita fusión de productos mexicanos y europeos.

Destacan sabores como el de la chaya, pepita de calabaza, orégano, cebolla morada, naranja agria, achiote, chile dulce, cilantro y, por supuesto, el habanero.

Ingredientes que, acompañados casi siempre de alguna proteína, dan pie a platillos como la cochinita pibil, los salbutes, poc chuc, relleno negro, entre muchos otros.

7. Y es que un recorrido en Calesa, sin duda, hace sentir, a propios y extraños, como miembros de la realeza.

Durante el recorrido es posible admirar las construcciones coloniales que durante años cobijaron a españoles potentados.

Entre sus imperdibles está la casa del conquistador de la Península de Yucatán, Francisco Montejo, una joya del arte plateresco del estado.

También amerita una visita el Palacio de Gobierno de estilo neoclásico y el Templo de la Compañía de Jesús, que data de finales del siglo XVII.

Además, sobresalen el Teatro José Peón Contreras, inaugurado en 1908 y la Casa del Gallito, donde en 1895 estuvo hospedada la emperatriz Carlota.

8. Sus tardes de confidente solo podrían hacerse en la Plaza Grande, que justamente, se distingue por sus sillas confidentes, un clásico de Mérida.

Este espacio es uno de los mejores lugares para descubrir la capital yucateca, pues, en sus alrededores se encuentran algunos de sus principales atractivos.

Además, la plaza está flaqueada por magnificas edificaciones que parecen dar cuenta del pasado colonial de la urbe.

9. No podía describirse mejor una marquesita que como un dulce beso. Este postre originario de Mérida, cuentan sus habitantes que nació en 1930 cuando un heladero comenzó a vender, en invierno, los barquillos solos.

Sin embargo, la marquesita como la conocemos ahora es producto de otro hombre quien a la creación del heladero le agregó queso de bola.

Hoy las marquesitas pueden acompañarse de mermelada, queso crema, crema de almendras y hasta cajeta.

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