El té chai de la India
Si hay un sonido que define a la India, no es el de los templos ni el de los mercados. Es el silbido de una olla al fuego, el hervor constante de un líquido color ámbar: el té chai, el alma aromática de una nación que vive, piensa y se reúne alrededor de una taza.
Más que una bebida: un ritual

El chai es mucho más que un té con leche y especias. Es una ceremonia cotidiana, un punto de encuentro social y emocional.
Su nombre proviene del término chino cha, pero en la India adquirió cuerpo, alma y ritmo propio. El ingrediente base es el té negro fuerte, mezclado con leche entera, azúcar morena y una combinación de especias conocida como masala: cardamomo, clavo, canela, jengibre y pimienta negra.
La receta cambia según la región: el masala chai de Mumbai es dulce y picante; el de Kolkata, más cremoso y suave; y en el norte, en lugares como Amritsar, se prepara con un toque extra de jengibre para combatir el frío.
Aprendiendo a “leer” una taza de chai
Cada sorbo cuenta una historia. El té llegó a la India en el siglo XIX con los británicos, pero los indios lo transformaron en algo profundamente propio. Lo adaptaron a su gusto, agregaron leche, especias y una filosofía: el chai une a las personas, sin importar religión, casta o estatus.
Tomar chai no es un acto solitario. Se comparte, se ofrece, se conversa. Es una pausa emocional en medio del caos. En los trenes, los chaiwalas (vendedores de té) sirven la bebida en vasos de barro llamados kulhads, que se rompen después de beber. Es un gesto de humildad y de retorno a la tierra: nada es eterno, todo regresa a su origen.
¿Dónde se bebe el mejor chai?

- Delhi: En los callejones de Chandni Chowk, donde el aroma a jengibre y canela se mezcla con el humo de los puestos de samosas.
- Jaipur: En los cafés frente al Hawa Mahal, ideal al atardecer.
- Varanasi: A orillas del Ganges, donde el chai acompaña la vida espiritual y las conversaciones frente al río.
- Mumbai: En las estaciones de tren, donde el chai sirve de pausa entre el caos urbano y el movimiento constante.
Etiqueta viajera: cómo disfrutarlo como un local
- Nunca rechaces una invitación a tomar chai. Es una muestra de cortesía y amistad.
- Tómalo caliente, muy caliente. En India se sirve casi hirviendo; la idea es disfrutarlo lentamente.
- Evita usar popote o cuchara. Se bebe directamente del vaso.
- Si eres sensible a la cafeína, pide un “light chai”. Lleva menos té negro y más leche.
- Acompáñalo con dulces locales. El gulab jamun o las jalebis realzan su sabor.
Un viaje educativo y sensorial
El chai enseña sobre la identidad india: es simple, profundo, espiritual y cálido. Representa la unión entre tradición y modernidad, entre la tierra y el alma. Aprender sobre él no solo ayuda a vender mejor el destino, sino a entender su esencia.
Porque, al final, una taza de té en India no se bebe… se vive.

