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Lugares abandonados en la CDMX para visitar

Lugares abandonados en la CDMX para visitar

Lugares abandonados en la CDMX para visitar

En la memoria colectiva de los habitantes de la CDMX (Ciudad de México), algunos lugares quedaron marcados con letras de oro para la posteridad.

Rincones que tuvieron días de gran esplendor y que causaban admiración entre propios y extraños; sitios de invaluable belleza arquitectónica, lugares de encuentro para la cultura, templos deportivos, centros de entretenimiento, pero que hoy forman parte de los lugares abandonados en la CDMX para visitar.

Pero el mundo cambia y algunas historias pasan al olvido. Ya sea por pugnas laborales, quiebra de negocios, negligencia de las autoridades o sencillamente porque no soportaron el pasar de los años, muchos de ellos están hoy en el más completo abandono.

Conozcamos la CDMX:

En primer lugar tenemos a los centros de entretenimiento que vieron tiempos mejores. Está por supuesto, el Parque Acuático Atlantis, en la de por sí olvidada Tercera Sección del Bosque de Chapultepec. Quienes tuvieron la suerte de ir cuando chamacos, quedaban encantados con su espectáculo de delfines y sus famosas fuentes danzantes. No existe registro exacto de cuándo cerró sus puertas.

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Salón Riviera y El Patio

A este lugar dedicado al entretenimiento se suman los centros nocturnos Salón Riviera y El Patio. Del primero no queda ni rastro, aunque desde su inauguración en 1951, fue símbolo de la vida nocturna de la CDMX  y en él tuvieron un lugar todo tipo de artistas: Pérez Prado; La Santanera; Enrique Guzmán; El Tri.

Un lugar ideal para ver en corto a los mejores artistas. El Patio era un poco más refinado. Propiedad de Emilio Azcárraga Vidaurreta, desde su apertura en los años 30 fue un centro de harta alcurnia: en su escenario se dieron cita, por ejemplo: Edith Piaf, Sammy Davis Jr., Tin Tan y Marcelo, Charles Aznavour y Sara Montiel.

Tras su cierre a inicios de los 90, el inmueble se ha ido deteriorando cada vez más.

La Rambla

El último de los lugares de la CDMX para divertirse es la cantina La Rambla. Cuando el Buen Tono era una de las empresas más exitosas del país, el cruce de las avenidas Bucareli y Chapultepec albergaba esta joya arquitectónica que actualmente está a punto de desplomarse.

Desde que fue abandonada, hace poco más de treinta años, nadie se ocupó de darle una manita de gato e incluso fue tomada como vivienda provisional, lo que aumentó más su decadencia.

Unidad Independencia y la Unidad Plateros

Pero no todo es centros de diversión. Pasemos a los tesoros artísticos. Dos lugares están hoy sometidos al olvido: la Unidad Independencia y la Unidad Plateros. En la primera se encuentran los murales que Francisco Eppens aportara para su decoración.

Aunque el conjunto habitacional diseñado por Alejandro Prieto y José María Gutiérrez se conserva en medianas condiciones, lo cierto es que desde que los dueños originales comenzaron a vender sus departamentos, los nuevos habitantes han dejado que estas preciosas obras sean dañadas o por lo menos, no se les dé el mantenimiento adecuado.

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La Castañeda

Y allá donde una vez estuvo el manicomio La Castañeda, hoy figura la Unidad Lomas de Plateros. Esta vilipendiada Unidad fue diseñada nada más y nada menos que por Mario Pani, uno de nuestros mejores arquitectos.

El estado general de la Unidad deja mucho que desear, pero un descuido es el peor: en el centro de la manzana F se encuentra una escultura de Mathias Goeritz, en estado de total abandono y a la que los vecinos se refieren como “el monumento al mal gusto.

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Iglesias del Centro Histórico: el convento de San Agustín y el de Jesús María

Y ya entrados en arquitectura, no podemos dejar de mencionar dos importantes iglesias del Centro Histórico: el convento de San Agustín y el de Jesús María. El primero está sobre la calle República del Salvador. Su historia se remonta a 1587 cuando fue inaugurado por la orden agustina.

Durante la Guerra de Reforma el templo fue abandonado y después utilizado como sede de la Biblioteca Nacional. Años después estuvo en manos de la UNAM hasta que en 1979, la Biblioteca Nacional se mudó a CU. Hoy, muestra los embates del tiempo en toda su estructura.

El segundo está en la esquina de Corregidora y Jesús María y fue uno de los edificios más bellos de su época. Su inauguración en 1621 estuvo a cargo de Carlos de Sigüenza y Góngora.

Años después se convirtió en un claustro. En 1938 albergó al cine Progreso Mundial, después a una mueblería y posteriormente a un billar y baños públicos. Su estado actual es hostil y deprimente: nadie se imaginaría que una de sus beatas fue Sor Juana Inés de la Cruz.

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El Cine Ópera

Entre todos los lugares abandonados de la CDMX, hay algunos que nos duelen más que otros. Sin duda, los antiguos cines, ahí donde pasamos nuestras infancias sean quizá las víctimas del olvido que más nostalgia evocan. El Cine Ópera, de la colonia San Rafael, no volvió a recibir gente desde 1992.

Fue entregado al INBA para cuidar su arquitectura art decó, pero hoy está en condiciones deplorables.

Cine Cosmos

Otro más es el cine Cosmos, allá en San Cosme, inaugurado en 1948 y que en el Jueves de Corpus del ’71 refugiara de las balas a algunos estudiantes. El cine Continental, el Latino, el Coyoacán… catedrales abandonadas del séptimo arte.

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La lista de lugares a los que se los está cargando el payaso es enorme. Al pasar enfrente de ellos no solo se evoca una CDMX diferente, sino que también nace una pregunta: ¿por qué nadie hace nada antes de que sean completamente irrecuperables?

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